Sachsenhausen

Por Julia

Terror. Dolor. Sufrimiento. Angustia. Desesperación. Desgaste. Cansancio. Frío, mucho mucho frío. Desconfianza. Amargura. Tristeza. Alerta. Miedo. Rabia. Impotencia. ¿Libertad? No, libertad no.

Todas y cada una de estas cosas sintieron las víctimas del campo de concentración en Sachsenhausen, y hoy nosotros también. Todo lo que sufrieron esas personas es inimiganable y solo lo sabrán ellas. Pero hoy , nosotros hemos podido sentir una ínfima parte de lo que ellos sintieron en nuestra alma.

Con detalles, pelos y señales. 
Cómo los nazis los premiaban un día por hacer una accción y al día siguiente, por hacer exactamente la misma le pegaban una paliza de muerte.Confusión.
Estar a -25 grados, con una simple tela en los pases de revistas, quietos durante horas. Tener abrigos, pero que no te dejen usarlos. Hacerte desconfiar hasta de los que están pasando por lo mismo que tú. Hacerte temblar ante el "capo", casi más que ante los guardias de las SS.
Dormir como animales, en establos, sin poder ni siquiera estirarte o directamente estar toda la noche de pie por tener el suelo lleno de agua y no poder tumbarte.

Trabajar, trabajar mucho. Trabajar hasta la muerte. Trabajar hasta que tus huesos no podían más y llevabas al límite la energía de las 500 kalorias que te daban, eso si tenías suerte.

Desconfiar, de todos. Intentar pasar desapercibido.
No querer que te pusieran el pijama blanco, pues significa que sirvirías a unos guardias borrachos que se divertían matando a los mayordomos.Porque sí. Porque me ha mirado mal. Casi nadie salía vivo del pijama blanco del pabellón verde.
Aprender a contar hasta 25 en alemán, para que cuando te azotaran con palizas mortales, no te dieran otros 25 latigazos por no saber contarlos. Al principio te torturaban ellos, los malos. Luego empezaron a hacerlo tus compañeros de sufrimiento.

Desconfianza, otra vez, de todo el mundo. Desconfiar hasta de ti mismo. De tu mombre, ya no tienes nombre, tienes un número. Un número que te marca, como si fueras un animal. Eres un animal, al menos para ellos.

Sin olvidar las constantes humillaciones, palizas de muerte y castigos inimaginables que tienes que pasar cada día, sin saber si será el ultimo.

Mencionar también que este campo tenía una cárcel  en la que se encontraban presos políticos que les eran útiles para ser canjeado, por lo que los convenía mantenerlos con vida, con un total aislamiento en los calabozos.

El campo fue diseñado en forma de triángulo con una ametralladora en la base, de tal forma de que así se aseguraba que todas las personas que se encontraban en el campo estuvieran a tiro. 

También habia una enfermería en la que se realizaban todo tipo de prácticas con personas "no sanas", tales como gente que le faltaba alguna extremidad o que padecía alguna enfermedad.

A mí, lo que me myas me ha impactado ha sido la zona de la cámara de gas (en este campo solo había una, ya que se trata de un campo de concentracion y no de exterminio).
En esta zona se ven claramente las habitaciones por las que iban pasando. Primero en una habitación más amplia dejaban todas sus pertenencias y objetos valiosos y se les hacia quitar la ropa pues iban a pasar una "revisión médica"; en la siguiente habitación agentes de la SS se disfrazaban de médicos para separarlos entre los que tenían empastes de oro y los que no. Los que no, iban directos a las duchas que todos conocemos. Los que sí, iban a una habitacion más pequeña en la que se les pedía que se quedase quietos para medirles, cuando en realidad detrás de la barra medidora había un agujero con una persona detrás esperando para apretar el gatillo y que la muerte fuese lo más limpia posible.
En hacer todo esto tardaban un máximo de 3 minutos. Todo medido. Todo calculado. Después se obligaba a los prisioneros a cargar con los cuerpos y quemarlos en los hornos crematorios. Llegó un momento que no sabían donde meter tanta ceniza y los prisioneros pisaban cada mañana los cuerpos de los del día anterior.

Con esta explicación quiero que veais como consiguieron llegar al objetivo de mecanizar el asesinato, como si de una cadena industrial se tratase. De esta manera cada miembro de la SS, "sólo hacía su trabajo" y no tenía cargo de conciencia ni veía sus manos ensuciadas de sangre.

Espero que todo el mundo pueda visitar algun día un campo de concentración, porque es algo que no se debe olvidar y todo el mundo debería saber lo que sufrieron todas estas miles y cientos de miles de personas y algo muy importante: ¿Hasta que punto es capaz de llegar el ser humano?

El odio y el rechazo entre nosotros ha generado todo esto. 
Y todavía existen personas a las que esto tan sencillo no les queda claro.












Comentarios

  1. "Los hombres normales no saben que todo es posible". Con esta cita comienza Hannah Arendt su obra sobre los orígenes del totalitarismo. Cada nueva generación es imprescindible recordarlo porque el monstruo siempre está ahí, con caretas nuevas que es necesario desenmascarar. Gracias por compartir con nosotros tus vivencias y reflexiones ante el horror. La historia no es una asignatura. Un saludo a todos.

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